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Foto del escritorDesorden Mundial

Bolsonaro puesto en jaque por aliados y enemigos

Actualizado: 24 jun 2020

El aislamiento del presidente Jair Bolsonaro creció de forma exponencial esta semana. Pocos días atrás, casi la totalidad de los gobernadores de Brasil acordaron ignorar las recomendaciones de Bolsonaro y decidieron implementar los protocolos que la Organización Mundial de la Salud recomienda para enfrentar la pandemia de Covid 19.

En las últimas horas, los poderosos ministros de Economía y de Justicia, íntimos aliados del presidente en la campaña electoral del 2018, se unieron para apoyar al ministro de Salud y defender las medidas de distanciamiento social y aislamiento de los brasileños.


A la lógica rebelión de sus aliados políticos por el manejo de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus se sumó este martes un pedido de destitución en la Fiscalía General y protestas populares en diversas ciudades del país.



Analizan suspensión de Bolsonaro por seis meses


El ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Marco Aurélio Mello, solicitó a la Fiscalía General analizar un pedido para apartar de su cargo al presidente Jair Bolsonaro durante 180 días, por haber cometido diversas acciones que pusieron al país en riesgo ante la emergencia sanitaria del Covid-19.


Mello remitió a la Procuraduría General un informe presentado por el diputado del Partido de los Trabajadores por el Estado de Minas Gerais, Reginaldo Lopes, contra el mandatario Bolsonaro. Lopes notificó oficialmente al STF de Brasil sobre los hechos presuntamente delictivos cometidos por Bolsonaro, relacionados con su conducta irresponsable en la gestión de la pandemia de Covid-19.


Los hechos denunciados contra Bolsonaro son públicos y notorios, dada la repercusión mediática que han tenido sus llamados a concentraciones y sus visitas a plazas, centros comerciales y otros. A ello se une su reticencia a adoptar medidas de aislamiento social y su minimización de la epidemia, todo lo que ha sido criticado y contradicho por su propio equipo de Gobierno.


Al ponerse los hechos en conocimiento de la Fiscalía, este órgano debe evaluarla y, si considera que existen méritos para una investigación, debe notificar al Parlamento, dada la inmunidad de que está revestido Bolsonaro por su alto cargo.

La Cámara de Diputados puede autorizar o no el procesamiento, siempre sobre la base de los hechos denunciados y las evidencias que existen de los mismos. De autorizar el inicio de las investigaciones, inhabilitaría de inmediato a Bolsonaro para el ejercicio del cargo por 180 días.



Cacerolazo


En la noche del martes, y mientras el presidente dirigía un mensaje a la nación por televisión, miles de personas protestaron contra el mandatario en las principales ciudades de Brasil bajo el lema “Fora Bolsonaro”. El “cacerolazo” fue en clara protesta por la forma en la que el Ejecutivo viene manejando la crisis desarrollada a partir de la llegada del coronavirus al país.


“Fuera Bolsonaro” y “homicida de los ancianos” fueron las frases que más se escucharon en ciudades como San Pablo, Rio de Janeiro, Brasilia y Recife, entre otras. La semana pasada se registraron protestas similares a la de este martes y estas han ido aumentando en intensidad debido a la agudización de la crisis sanitaria.


Mientras se desarrollaba la protesta, Bolsonaro dio un discurso en el que distorsionó las recomendaciones de la OMS para adaptarlas a sus políticas. “Tenemos una misión: salvar vidas sin dejar que se pierdan empleos. Por un lado, debemos ser cautelosos con todos, especialmente con los ancianos y las personas con enfermedades preexistentes. Por otro lado, tenemos que combatir el desempleo, que está creciendo rápidamente”, afirmó el presidente.


Sin embargo, los datos del desempleo aducidos por Bolsonaro en realidad muestran que éste aumentó antes de la llegada a Brasil del coronavirus y con antelación a las medidas de aislamiento social adoptadas por las autoridades para frenar la expansión del virus. La tasa de desempleo subió al 11,6% de la población económicamente activa en el trimestre que concluyó en febrero, lo que equivale a 12,3 millones de personas, según reportó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).


Brasil es el país que más casos tiene en América Latina, con 5.717 infectados y 201 muertos. La situación más difícil se concentra en el estado de San Pablo, el más poblado, donde viven cerca de 44 millones de los 210 millones de habitantes del país, y en el que hasta hoy se han registrado 136 muertes y 2.339 contagiados.



Golpe de Estado


Horas antes del discurso, el presidente de Brasil, capitán de la reserva del Ejército, calificó como un “gran día de la libertad” el 31 de marzo de 1964, el día en que se dio el golpe de Estado en contra del presidente brasileño João Goulart, popularmente conocido como Jango.


La frase fue manifestada a un pequeño grupo de seguidores a los que saludó a las puertas del Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia brasileña, desafiando otra vez las recomendaciones de distanciamiento social que impone la pandemia de coronavirus.

Bolsonaro no hizo ninguna otra alusión a la fecha, que en forma más efusiva sí celebró su vicepresidente, Hamilton Mourao, general de la reserva del Ejército y considerado un miembro “moderado” dentro de la llamada “ala militar” de un Gobierno cuyo gabinete está integrado por 22 ministros, la mitad de ellos procedentes de las Fuerzas Armadas.

“Hace 56 años la Fuerzas Armadas intervinieron en la política nacional para enfrentar el desorden, la subversión y la corrupción que avalaban las instituciones y atemorizaban a la población. Con la elección del General Castello Branco, se iniciaron las reformas que desarrollaron a Brasil”, escribió el número dos del Ejecutivo brasileño en su perfil de Twitter. En una línea similar se expresó el ministro de Defensa de la administración que encabeza Jair Bolsonaro, el general Fernando Azevedo e Silva.


“Los países que cedieron a las promesas de sueños utópicos todavía luchan por recuperar su libertad”, escribió el ministro en su cuenta de Twitter en la noche del lunes. “El movimiento de 1964 es un marco para la democracia brasileña. Mucho más por lo que evitó”, concluyó Azevedo e Silva.



Por El Turko



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